Mujer de rostro silvestre,
como nacida en los llanos,
de tiernos grande, ojos claros,
que resplandecen como auroras,
de figura suave, y frágil,
y de armonías encantadora.
Sensible éres, de noble ser,
y de alma arropada en sueños,
como libres poder ver crecer,
los capullos que tu sembraste,
en el jardín de los placeres,
que junto a tu amado,tu plantaste.
fresco ahora es tu otoño,
tierna flor de azucena,
fragancia exquisita, y plena,
de tu ardiente ida primavera,
tu belleza sigue prendida,
a sus raíces, y a su tierra.
tu sonrisa es como un sol,
creciente en las praderas,
brillantes, y resplandecientes,
tus gestos son de mujer bella,
que Dios te bendiga siempre,
debajo de muchas lunas llenas.
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