Almohada inquieta.






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Dónde miles de aves 
con las más dulces voces te claman,
dónde
brama la salvaje tormenta y miles de arroyos se deslizan 
suaves, allí se forma el concierto poderoso del amor.









Crees que porque soy pobre, poco conocida, poco atractiva y fuerte carácter, no tengo alma y no tengo corazón? ¡Piensas mal! ¡Tengo tanta alma como tú y llena de puro corazón! Y si Dios me hubiera dotado de completa belleza y mucha riqueza, habría sido tan difícil para ti dejarme, como lo es ahora para mí el dejarte.





No estoy hablando contigo ahora por medio de la costumbre, convencionalidades, ni siquiera de la carne mortal: es mi espíritu que se ocupa de tu espíritu, como si ambos hubieran pasado por la tumba, y se situaran a los pies de Dios, iguales - ¡Como somos! -  ( pobre )


Es mejor estar sin lógica que sin sentimiento.
Una mente alterada provoca una almohada inquieta.
La coherencia, señor, es el principal de los deberes cristianos y,
qué frágil es el corazón que arde, embriagado de intentos y anhelos!



Es insensato lamentarse, aunque estemos condenados a partir:
lo único sensato es recibir el recuerdo de alguien en el corazón.
No dejaremos que sus locuras nos atribulen, como de quien viene los tomaremos;
y al final de cada día encontraremos una risa alegre como hogar.



Si hay palabras y agravios como cuchillos, cuyas profundas heridas nunca cicatrizan —ultrajes cortantes e insultos de dentado y venenoso filo—, hay también palabras de consuelo demasiado dulces para el oído receloso, y cuyo eco perdura en nuestra memoria: detalles que son como caricias...



Desde mi rincón,siempre,tu,
Paloma.








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