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Las piedras.
Oigo caer las piedras que arrojamos, transparentes como cristal a través de los años.
En el valle vuela la confusión de los actos
del instante, vociferantes, de copa
en copa de los árboles, se callan
en un aire más tenue que el presente, se deslizan
como golondrinas desde una cima
a otra de las montañas, hasta
alcanzar las mesetas ulteriores,
junto a las fronteras del ser.
Allí caen todas nuestras acciones
claras como el cristal
no hacia otro fondo que el de nosotros mismos.
cuándo fue la última vez que sentistes el calor de un beso, olistes la
fragancia de una flor, o escuchastes una hermosa melodía.
Ya ni te acuerda - que tristeza -Tiene que liberarte de esa armadura por ti mismo.
No puedes continuar viviendo y pensando como lo has hecho hasta ahora.
Fue así como quedaste atrapado en ese montón de acero al principio.
Tu puedes cambiar todo eso
No es tan difícil como parece.
Éste es el sendero que seguiste para llegar a estos bosques.
Quiero decir que el sendero estaba ahí pero tu no lo podía ver,
puedes regresar por el mismo, si así lo deseas;
pero conduce a la deshonestidad, la avaricia, el odio, los
celos, el miedo y la ignorancia.
Parece una escalada difícil,
ese Sendero de la Verdad.
Se vuelve más empinado a medida que se acerca
a la cima de una lejana montaña de,
donde alguna vez lanzaste piedras
vestido con armaduras.
Siempre tuya.
Desde mi rincón para ti.
Tu Paloma.
Un farol que reluce en el asfalto,
es un hermoso residuo de las experiencias.
Abre la primera puerta,
hay una gran habitación soleada.
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