Ante tus ojos benditos Las culpas manifestamos, Y las heridas mostramos, Que hicieron nuestros delitos. Si el mal, que hemos cometido, Viene a ser considerado, Menor es lo tolerado, Mayor es lo merecido. La conciencia nos condena, No hallando en ella disculpa, Que respecto de la culpa, Es muy liviana la pena. Del pecado el duro azar Sentimos, que padecemos Y nunca enmendar queremos La costumbre de pecar. Cuando en tus azotes suda Sangre la naturaleza, Se rinde nuestra flaqueza, Y la maldad no se muda. Cuando el pecado mancilla La mente con fiera herida, Padece el alma afligida, Y la cerviz no se humilla.
Bellas cuartetas, muy bien logradas, hermoso poema.
ResponderEliminarUn Placer Caballero Recibir Su Atencion.
ResponderEliminarGracias!